lunes, 9 de enero de 2012

Falsos y verdaderos mundos, según qué mapa observemos.


Existe una verdad oculta acerca de los mapas que representan la superficie del planeta Tierra y el objetivo de esa mentira es que tengamos una idea del mundo, de sus diferentes regiones, y de sus habitantes, distinta de la realidad, para influir en nuestra psicología y así poder dominarnos mejor.
Ningún dato que expondremos a continuación ha sido inventado. Quien tenga alguna duda acerca de ello, puede comprobarlo recurriendo a otras fuentes y a los "frios" números (los km², en este caso), que no mienten.

América es uno de los cinco continentes del mundo, el segundo más grande, con una superficie de más de 42 000 000 km², cubriendo el 8,3% de la superficie total del planeta y el 30,2% de las tierras emergidas (el continente más grande es Asia, con 44.579.000 km²).
Para darnos una idea de la extensión de América, diremos, por ejemplo, que entre el Cabo Barrow (al Norte de Alaska), 71º 23´ Latitud Norte, y el Cabo de Hornos (al Sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego), 55º 58´ Latitud Sur, hay una distancia de 14.000 km.
Dentro de América se encuentra la región denominada "América Latina", que con su superficie de 21.527.960 km² (incluyendo a Belice, 22 966 km² y Puerto Rico, 9.104 km², ambos hispanohablantes, y a Haití), o de 21.101.571 km², según qué territorios estén incluídos, ocupa más de la mitad del continente, mientras que el resto, al norte de América Latina, lo ocupa la llamada "América Anglosajona", cuya superficie total, sumados los territorios de Estados Unidos, Canadá y la isla de Groenlandia es de 21.336.696 km² (la isla de Groenlandia, es geográficamente considerada parte de América aunque perteneciente políticamente a Europa por ser territorio de Dinamarca). Si a Canadá le restáramos la provincia de Quebec, de lengua francesa, y por tanto, no anglosajona, la América Anglosajona ocuparía unos 20. 415. 387 km² sumadas las superficies de Estados Unidos, Canadá  y la isla de Groenlandia.

Si consideramos que la provincia canadiense de Quebec no forma parte de la América Anglosajona por ser de cultura francesa, y por tanto, latina, su superficie de 1,542,056 km² quedría incluída en la América Latina, pero, como sabemos, ésta comienza al Sur de los Estados Unidos, por lo cual siempre excluimos a Quebec y el resto de las pequeñas regiones canadienses francófonas de nuestra región.
Como vemos, nuestra parte de América, América Latina, es una enorme región que engloba a diversos países que comparten la característica de ser "latinos" por su cultura, especialmente por sus idiomas predominantes, el español y el portugués, que son dos de los idiomas latinos o romances (las lenguas derivadas del latín hablado en la Antigua Roma).
 Su dilatada extensión geográfica, sumada a su cultura común a todos sus países miembros, hacen de nuestra región un inmenso "país", una inmensa nación, dividida solamente por fronteras políticas que contradicen y no reflejan las realidades sociales y demográficas, que son las que hacen que podamos estar hablando de una sola "América Latina"; región que, aunque balcanizada y atomizada, es de facto aquella "Patria Grande" soñada por los libertadores del siglo XIX y que debe seguir avanzando en su proceso de realización, como único destino favorable a la realidad y los intereses de nuestros pueblos.

Ahora, cuando imaginamos un mapa del mundo entero, es decir, un mapamundi o planisferio, es muy probable que se nos venga a la mente aquel que nos mostraban en la escuela, y que por ende, es el que se nos quedó grabado en la retina y en la memoria. Y si no es ése, tal vez se nos venga a la mente un mapa del mundo que hayamos visto en algún medio de comunicación recientemente. Y es probable que ese mapa haya sido una de las proyecciones cartográficas más difundidas del mundo, la llamada "Proyección de Mercator", que es la que suscitó estas líneas y que reproducimos a continuación.

La  Proyección de Mercator.

Proyección de Mercator de 1569.

La proyección de Mercator es un tipo de proyección cartográfica cilíndrica, ideada por Gerardus Mercator en 1569, para elaborar planos terrestres. Es muy utilizada en planos de navegación por la facilidad de trazar rutas de rumbo constante o loxodrómicas.

Mercator, mediante proyección, pretende representar la superficie esférica terrestre sobre una superficie cilíndrica, tangente al ecuador, que al desplegarse genera un mapa terrestre plano.
Es un modelo idealizado que trata a la tierra como un globo hinchable que se introduce en un cilindro y que empieza a «inflarse» ocupando el volumen del cilindro, imprimiendo el mapa en su cara exterior. Este cilindro cortado longitudinalmente y desplegado sería parecido al mapa con la proyección de Mercator.
Esta proyección presenta una buena aproximación en su zona central, pero las zonas superior e inferior correspondientes a norte y sur presentan grandes deformaciones. Los mapas con esta proyección se utilizaron en la época colonial con gran éxito. Europa era la potencia dominante de la época, y para los que viajaban hacia el nuevo mundo por las zonas ecuatoriales, no tenía gran importancia la deformación que poseían.
Como en toda proyección cartográfica, cuando se intenta ajustar una superficie curva en una superficie plana, la forma del mapa es una distorsión de la verdadera configuración de la superficie terrestre. La proyección de Mercator va exagerando el tamaño y distorsionando las formas a medida que nos alejamos de la línea del ecuador.

Indicatriz de Tissot en proyección Mercator. El tamaño de los  círculos  representa claramente la deformación  de ls tierras emergidas.


Es decir que aquel mapa que se ha difundido más comúnmente desde hace siglos, es una proyección que nos muestra a los continentes altamente deformados y que no refleja el verdadero tamaño que éstos poseen.


Nos interesa remarcar el hecho de que la imagen, y por ende, la idea que nosotros tenemos del continente americano que habitamos, y muy especialmente de nuestra América Latina, muy probablemente se habrá visto influída por la forma que de ellos recordamos por haber observado muy habitualmente la proyección de Mercator.
La distorsión de la verdadera forma y tamaño de los continentes con seguridad distorcionó nuestra visión del mundo, hasta incluso influir psicológicamente en la idea que tenemos de nuestra posición en el globo terráqueo, en el mundo. Y, por ser ese mapamundi, como dijimos, muy diferente a la forma y el tamaño reales de los continentes, como obvia consecuencia, también lo es nuestra proyección mental, imaginaria, inconsciente del mundo y de nosotros mismos.

Para entender más claramente de qué forma esta representación plana de la superficie total de la Tierra distorsiona enormemente la realidad, en favor de las tierras emergidas del Norte y en detrimento de la verdadera magnitud de las del Sur, vamos a observar otras proyecciones cartográficas diferentes y más exactas:

Proyección de Mollweide:


Proyección de Gall-Peters:


Proyección Homolosena de Goode:

Proyección Homolosena de Goode.

Proyección de Robinson:



Proyección Dymaxion o de Fuller:



Proyección de Eckert IV:

 Proyección de Eckert VI:

Proyección de Albers:



En la siguiente imagen observamos la gran diferencia existente entre las proyecciones de Mercator y Gall-Peters, al superponer a ambas:



A continuación vamos a hablar más concretamente de por qué es muy importante ser conscientes de la falsedad de nuestro mapamundi "tradicional" y "familiar", mediante comparaciones entre la forma y el tamaño verdaderos de distintas regiones geográficas y su versión deformada del planisferio de Mercator.

Según la Proyección de Mercator, por ejemplo, en nuestro continente americano, la isla septentrional de Groenlandia (cuya superficie es de 2,166,086 km²) aparece con un tamaño más grande que el de la Argentina, que por su extensión de 2 780 400 km² (considerando solamente la superficie continental sujeta a su soberanía efectiva), es el segundo estado más extenso de América Latina, cuarto en el continente americano y octavo en el mundo.  Por tanto, en realidad el área de Groenlandia es menor al del país sudamericano, lo cual no se ve reflejado, sino lo contrario, en la Proyección de Mercator.

La siguiente imagen muestra el tamaño de Groenlandia, según la Proyección de Mercator, y abajo el tamaño real de la isla en el Hemisferio Norte:




Ahora observamos un mapa con la superficie real de la Argentina en América del Sur y en el Hemisferio Sur:



El siguiente mapa muestra a Groenlandia y la Argentina en América, según la Proyección de Mercator:


Y a continuación, comparamos las imágenes reales de Groenlandia (en el Hemisferio Norte) y la Argentina (en el Hemisferio Sur):


Siguiendo con el ejemplo de Groenlandia, según la Proyección de Mercator, esta isla ,cuya superficie, como dijimos, es de 2,166,086 km², aparece aproximadamente del tamaño de África (cuya superficie es de 30.221.532 km²), cuando en realidad el área de África es aproximadamente 14 veces el de Groenlandia.

El siguiente mapa es del continente de África:



El continente africano en el globo terráqueo:



Comparación de los tamaños verdaderos de Groenlandia y África en el globo terráqueo:



Otro claro ejemplo lo constituye la representación de la extensión territorial de Rusia en la proyección cartográfica de Mercator, donde el país "más grande del mundo", si bien sigue poseyendo correctamente ese título, aparece aquí con una magnitud territorial muy superior a la que posee en realidad; es decir, que si bien Rusia es el primer Estado del mundo por magnitud territorial, en el mapa de Mercator aparece con un tamaño exagerdamente más grande del que posee en comparación con los demás países.
La superficie de Rusia es de 17.075.400 km², convirtiéndose así en el país más grande de Asia, donde está ubicada la mayor parte de su territorio bicontinental (la otra parte es europea), y el más grande del mundo entero.
Pero en comparación con otras regiones del mundo, diremos, por ejemplo, que tiene casi el mismo tamaño que América del Sur, sub-continente de América cuya superficie es de 17 819 100 km², y por lo tanto, mayor que la de Rusia, pero en el mapa de Mercator Rusia aparece con un tamaño muy superior al de América del Sur.

Rusia y América del Sur, según la deformada representación de la proyección de Mercator.
Las siguientes imágenes muestran el "verdadero" mapa de Rusia (17.075.400 km²) en el Este de Europa y el Norte de Asia:



La siguiente imagen muestra una comparación entre la representación de Rusia en la proyección de Mercator, y la representación real en el globo terráqueo.


La siguiente imagen muestra a América del Sur con su tamaño real  (17 819 100 km²) en el globo terráqueo:


En la siguiente imagen observamos a América del Sur en un globo terráqueo:


A continuación, una comparación entre Rusia y América del Sur, según sus verdaderas superficies en Asia y América, respectivamente:


También podemos tomar como ejemplo de cómo aparecen claramente deformados los continentes en la proyección cartográfica de Mercator, a nuestro continente americano, cuya superficie es de más de 42.000.000 km², convirtiéndose en el segundo continente más grande del mundo, después de Asia.
Como dijimos al comienzo, entre el Cabo Barrow (al Norte de Alaska), 71º 23´ Latitud Norte, y el Cabo de Hornos (al Sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego), 55º 58´ Latitud Sur, hay una distancia de 14.00 km.
A continución observamos una imagen donde comparamos el mapa de América de Mercator, y la verdadera forma del continente si lo miramos en el planeta Tierra.

América, según el mapa de Mercator (izquierda), y según su forma real en el planeta Tierra (derecha).

Las siguientes imágenes de la Tierra muestran la verdadera magnitud de América:






En América del Norte podemos encontrar un claro ejemplo de gran distorsión de las verdaderas dimensiones de los territorios de los países en  la proyección de Mercator.
Dentro de América se encuentra la "América Anglosajona", región mayoritariamente de lengua inglesa y heredera de la colonización británica, compuesta por Estados Unidos y Canadá.
Ahora, si observamos el mapa de América según la proyección de Mercator, vemos claramente que Canadá es mucho más grande que Estados Unidos, cuando en realidad la superficie canadiense (9.970.610 km²) supera a la estadounidense (9 200 000 km²) por aproximadamente poco más de medio millón de km², por lo cual la diferencia de ambos tamaños es mucho menor que la que muestra el mapa de Mercator.
La superficie de los 48 estados contínuos de Estados Unidos en América del Norte (cuyos límites no están separados por otro país) es de 7 700 000 km², a los que se suma el estado de Alaska, al Noroeste de Canadá, cuya superficie es de 1 500 000 km², por lo cual la suma de ambos territorios conforma la totalidad de los territorios estadounidenses en América del Norte, (9 200 000 km²) excluyendo otros territorios exteriores pertenecientes a este país.
Canadá supera en realidad a Estados Unidos por un área aproximadamente equivalente a la de la provincia canadiense de Manitoba, cuya superficie es de 647.797 km².

La siguiente imagen nos muestra a esa provincia, Manitoba, sin cuyo territorio, ambos países norteamericanos tendrían una superficie de casi el mismo tamaño, lo cual no se ve reflejado en las dimensiones deformadas de la proyección de Mercator:

A diferencia de lo que nos muestra la Proyección de Mercator, Canadá sólo supera a Estados Unidos por un área similar a la de la provincia canadiense de Manitoba.

Y, finalmente, vamos a comparar la forma y el tamaño de nuestra América Latina en  la proyección de Mercator y en el "mundo real", es decir, en una imágen satelital del planeta Tierra.
América Latina posee una extensión territorial de 21.527.960 km²  (o 21.101.571 km², según qué territorios estén incluídos), por lo cual ocupa más de la mitad del continente americano, cuya superficie, como ya dijimos, es de más de 42.000.000 km².
Ahora, en el mapa de Mercator, que, como dijimos, expande las extensiones de las tierras emergidas de los extremos Norte y Sur del planisferio, América Ltina aparece ocupando un espacio, una porción muy inferior, y muy "periférica" en comparción, por ejemplo, a América del Norte y Asia, cuando en realidad es claramente la región más ámplia y visible a simple vista del Hemisferio Occidental, extendiéndose de Norte a Sur de América, más o menos entre los paralelos 32° 43´ 06´´ Latitud Norte (extremo Norte de México) y 56° 32´ Latitud Sur (extremo Sur de Chile).

La siguiente imagen nos muestra la enorme distorsión de la forma y el tamaño de América Latina en el mapa de Mercator, comparada con la verdadera magnitud que ocupa Latinoamérica en el continente americano visto en una imagen satelital:

Tamaño de América Latina en  la proyección de Mercator.   

Tamaño de América Latina, en una imagen satelital del continente americano.

Imagen que nos muestra a los países de América Latina:


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La proyección de Mercator, la misma que todo occidental tiene en la cabeza como un hecho objetivo ante el que no cabe la más mínima duda, refleja una visión eurocéntrica del globo terrestre, legada de la época colonial .
Las dos proyecciones de mapas que más han agitado el mundo de la cartografía son las de Mercator (1569) y la de Peters (1974). Representar fielmente en un plano una esfera achatada por los polos -un elipsoide de revolución, que dirían los expertos- es el reto de los cartógrafos desde el siglo XVI. Desgraciadamente, es imposible; siempre habrá una parte que quede distorsionada.
En 1569, el padre de todos ellos, el flamenco Gerhard Kremer, conocido como Mercator, ideó una forma de proyectar el mundo esférico metiéndolo en un cilindro. El mapa, una herramienta útil para los navegantes de la época, es el mismo que se muestra en las escuelas inculcándoles a los estudiantes una imagen falsa del mundo. Coloca a Europa en el centro y, aunque representa fielmente la forma de los continentes, exagera los tamaños de los países a medida que se acercan a los polos. Groenlandia, repetimos, aparece con un tamaño similar al de África, aunque su superficie es de 2,1 millones de kilómetros cuadrados, mientras que la del continente es de 30,1 millones.
De la misma forma, la masa continental de lo que todavía seguimos llamando Norte ocupa mucho más espacio que la del Sur. La realidad es que el sur ocupa el doble, unos 100 millones de kilómetros cuadrados. En cualquier caso, las inexactitudes de Mercator no pueden atribuirse a supuestas intenciones deshonestas; él sólo quería que los barcos no se perdieran en el océano Atlántico.
En 1974, Arno Peters, berlinés que había sido cineasta y especialista en propaganda política, organizó una rueda de prensa para arremeter contra el mapa de Mercator y presentar el suyo. La proyección de Peters respetaba las superficies reales de los países, pero no sus siluetas, la mayoría de las cuales aparecían demasiado estiradas. Los cartógrafos le dieron la espalda -Arthur Robinson definió el mapa como un calzoncillo largo, mojado y andrajoso colgado del Ártico- pero la visión políticamente correcta de Peters caló en la Unesco y en las ONG, que adoptaron el mapa para mostrar su sensibilidad hacia África y Asia. Además, Peters no era cartógrafo y no había hecho más que apropiarse de una proyección casi idéntica elaborada en 1855 por James Gall, un religioso escocés con menos sentido del espectáculo.

En la proyección de Peters los paralelos y los meridianos son sustituidos por una cuadrícula de 10 grados decimales. La proyección refleja correctamente las áreas de los países (es «equiareal»), pero no sus siluetas, la mayoría de las cuales aparecían demasiado estiradas. Los meridianos aparecen como líneas verticales paralelas y los paralelos como líneas horizontales paralelas que van acortando la distancia entre ellas hacia los polos. Las formas de las áreas tropicales y subtropicales aparecen más estrechas y alargadas y las áreas de altas latitudes aparecen más ensanchadas y más achatadas que en otras proyecciones más habituales.

Peters también propuso un planisferio donde, según su corregido sistema de coordenadas geográficas, el meridiano de origen (meridiano de 0º, o primer meridiano) pasaría por la ciudad italiana de Florencia (cuya longitud, respecto del Meridiano de Greenwich es de 11°15′0″ Este) y no por Greenwich, Inglaterra (actual Meridiano de origen, por convención internacional desde 1884), y cuyo antimeridiano (línea de los extremos de ambos hemisferios) pasaría por las aguas del mar de Bering, en el estrecho de Bering evitando atravesar el extremo oriental de Siberia, en Rusia.
(Recordemos que el antimeridiano es la línea o meridiano diametralmente opuesto a otro meridiano, junto al cual forma una circunferencia alrededor de la superficie de la Tierra).



La siguiente imagen muestra al Meridiano de origen o de referencia , que pasa por Greenwich, Inglaterra:

Meridiano de Greenwich, desde 1884 es el meridiano de origen, o de referencia, a partir del cual se miden las longitudes geográficas.
La siguiente imagen muestra al meridiano de origen o de referencia propuesto por Arno Peters, que pasa por la ciudad italiana de Florencia, cuya longitud, respecto del Meridiano de Greenwich es de 11°15′0″ Este (nótese la distancia de 11º hacia el Este respecto del Meridiano de Greenwich):


Ahora, la imagen siguiente nos muestra el antimeridiano de 180º del meridiano de Greenwich, que atraviesa el extremo oriental de Siberia, en Rusia, dejando esta parte de Asia en el Hemisferio Occidental:

Antimeridiano, de 180º, del Meridiano de Greenwich.

Y la siguiente imagen nos muestra el correspondiente antimeridiano del meridiano de origen propuesto por Peters que pasaría por Florencia. Este antimeridiano atravesaría el Mar de Bering, en el estrecho del mismo nombre, y así separaría a Asia de América, dejando al primer continente completamente en el Hemisferio Oriental, mientras que el nuestro, América, quedaría completamente en el Hemisferio Occidental (nótese la distancia de 11º hacia la derecha respecto del antimeridiano de 180º correspondiente al Meridiano de Greenwich):




La Proyección de Goode: también conocida como proyección homolosena o proyección interrumpida, es una proyección cartográfica que fue creada por el geógrafo John Paul Goode en 1923.
En 1908, el cartógrafo expresó en una conferencia titulada Diabólico Mercator la necesidad de crear un mapa más fidedigno que la proyección de Mercator. Hecho que él mismo concretaría 15 años después.1 Esta proyección es una modificación de la proyección de Mollweide2 (también llamada homolográfica), de carácter sinusoidal, en donde se toman varios meridianos como centro y se realizan proyecciones separadas que luego son unidas en el mapa resultante. Dando una mayor sensanción de esfericidad de la superficie terrestre. Es una proyección equivalente, es decir que mantiene las áreas en proporción, y pseudocilíndrica.

La Proyección de Goode (también conocida como Proyección Homolosena de Goode).

La Proyección Mollweide: Esta proyección, de forma elíptica, permite representar toda la Tierra con los polos y el Ecuador. Su área es igual a la de una esfera. El Ecuador tiene dos veces la longitud del eje terrestre. Los paralelos son líneas rectas y los meridianos líneas curvas. El meridiano central es recto. Los meridianos a 90° son arcos circulares. Los paralelos son rectos pero desigualmente espaciados. La escala es verdadera sólo a lo largo de los paralelos estándar de 40:44N y 40:44S, por lo que tiene una mayor representación por la zona ecuatorial.Las zonas centrales presentan gran exactitud. Esta proyección se emplea mucho en los textos de Geografía, especialmente para representar zonas de latitudes bajas.



La Proyección Mollweide.

El mapa Dymaxion o proyección de Fuller de la Tierra es una proyección de un mapamundi en la superficie de un poliedro que puede desplegarse en una red de muchas formas diferentes y aplanarse para formar un mapa bidimensional que retiene la mayor parte de la integridad proporcional relativa del mapa del globo. Fue creado por Buckminster Fuller, quien lo patentó en 1946. En la patente la proyección mostrada es sobre un cuboctaedro. La versión de 1954 publicada por Fuller con el título The AirOcean World Map empleaba un icosaedro ligeramente modificado pero casi completamente regular como base para la proyección, versión más conocida en la actualidad. El nombre Dymaxion se aplicó a muchas invenciones de Fuller.
A diferencia de la mayoría de proyecciones, el Dymaxion está concebido sólo para representar el globo entero.
Fuller aseguró que su mapa tenía muchas ventajas sobre otras proyecciones geográficas.
Tiene menos distorsión del tamaño relativo de las regiones, especialmente si se lo compara con la proyección de Mercator y menos destorsión de la formas, particularmente cuando se lo compara con la proyección Gall-Peters.
Un rasgo distintivo del Dymaxion es que no tiene una dirección que vaya arriba. Fuller dijo frecuentemente que en el universo no hay «arriba» y «abajo» ni «norte» y «sur»: sólo «dentro» y «fuera». Las fuerzas gravitacionales de las estrellas y los planetas crean «dentro», que significa «hacia el centro gravitacional» y «fuera» que significa «lejos del centro gravitacional». Asoció la representación de los mapas habituales con el norte arriba y el sur abajo al sesgo cultural. Hay que destacar que hay otras proyecciones geométricas que no tienen el norte arriba.
No hay una orientación «correcta» del mapa Dymaxion. Desplegar las caras triangulares del icosaedro resulta en una red que muestra masas de tierra casi contiguas que comprenden los continentes de la tierra, y no grupos de continentes divididos por océanos. Si se despliega de otra forma se muestra el mundo dominado por una masa de agua conexa rodeada de tierra.



Quizá, a fin de cuentas, la única forma de tener ante nosotros una imagen de la superficie de la Tierra, sin que sus tierras emergidas (los continentes, las islas...) estén deformadas, sea observando una representación fiel de la esfera terrestre, y no una representación de su superficie sobre un plano donde, al parecer, indefectiblemente se han de distorsionar las verdaderas formas y los verdaderos tamaños de los continentes.

Por esto, a continuación veremos una lista de los continentes, regiones y países más grandes del mundo (y, por ende, los más notorios en cualquier planisferio a simple vista), con su extensión en  km², dado que los números no mienten, y compararlos nos ayuda a advertir las diferentes dimensiones geográficas de las distintas tierras emergidas del mundo:


Asia ------ 44.579.000 km²

África ------ 30.221.532 km²

América Latina ------ 21.527.960 km²  (o 21.101.571 km², según qué territorios estén incluídos).

América del Norte Anglosajona
(Canadá, Estados Unidos y Groenlandia)------   21 336 696 km²

América del Sur ------ 17 819 100 km²

Rusia ------ 17.075.400 km²

Antártida ------ 14 000 000 km²

Europa ------ 10.530.751 km²

Canadá ------  9.970.610 km²

China ------ 9 596 9611 km²

Estados Unidos ------ 9 200 000 km² (los 48 estados, al Sur de Canadá y al Norte de México, 7 700 000 km², más Alaska, al Noroeste de Canadá, 1.500.000 km²).

Oceanía ------ 9.008.458 km²

Groenlandia ------ 2,166,086 km²


Y ahora observaremos imágenes de los seis continentes (Asia, América, África, la Antártida, Europa y Oceanía), tal como se ven en la esfera terrestre, vista desde el espacio.
(Imágenes obtenidas de un globo terráqueo virtual).


Asia, con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.


América del Norte, con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.


América Latina, con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.



África , con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.


Europa, con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.


Oceanía,, con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.

La Antártida, con la red de paralelos y meridianos, que nos ayuda a tener en cuenta las distancias  y los tamaños geográficos.

Como hemos visto, ese mapa del mundo que se ha difundido desde hace mucho tiempo en escuelas y medios de comunicación, la Proyección de Mercator, nos ofrece una imagen de nuestro planeta y sus tierras emergidas  muy diferente a la real, generando una visión, una concepción global del mundo muy errónea en la mentalidad y la psicología de quienes lo observan.
En lo que a nosotros nos afecta, nuestra América Latina, que ocupa más de la mitad del continente americano, el segundo más grande del mundo después de Asia, aparece en este mapa con un tamaño muy inferior al que posee en realidad, provocando así que sus habitantes no tengan una idea exacta y correcta de la verdadera dimensión e importancia de habitar y pertenecer a esta inmensa región, que posee inconmensurables riquezas naturales y por ende, sus enormes extensiones geográficas merecen ser, indefectiblemente, tenidas en cuenta en forma claramente consciente por los latinoamericanos que la habitamos.
No es casualidad en absoluto, como vimos, que una representación cartográfica de la Tierra donde los territorios del llamado "Tercer Mundo" aparecen subestimados, menospreciados y relegados a un nivel de importancia muy inferior al que poseen en realidad, haya sido el elegido para ser enseñado a sus habitantes desde que son niños, evitando así ser conscientes del valor de ser los legítimos dueños de tan amplios y ricos territorios.

"No solamente es fácil mentir con mapas; es esencial", señala el experto estadounidense Mark Monmonier en su libro Cómo mentir con mapas (How to lie with maps, 1996), donde revisa cómo los mapas han servido históricamente para hacer propaganda.

Y es que, de hecho, incluso hasta cualquier planisferio o globo terráqueo que hayamos visto a lo largo de nuestras vidas nos muestra la visión cultural del mundo propia del ser humano, independientemente de la realidad de la naturaleza, ya que, en esas represenaciones de la Tierra, y hasta en cualquier imagen fotográfica, la ubicación del Norte, el Sur, el Este y el Oeste (los puntos cardinales), no so más que una invensión del hombre, puesto que en el Universo los cuerpos están suspendidos en el vacío y no existe ningún punto de referencia que indique lo que está "arriba", "abajo", "a la izquierda" o "a la derecha" , por lo cual los humanos han tomado al Sol y su movimiento aparente y a las estrellas como medio de orientación..
Entonces, si los puntos cardinales, los hemisferios, los paralelos, los meridianos, la noción de "septentrional", "austral", "occidental" y "oriental" no son más que creaciones culturales, todo esto nos muestra hasta qué punto  la idea que tenemos del mundo es "artificial" y está sujeta a criterios independientes de la realidad natural del Universo.

Las siguientes imágenes nos muestran: Una imagen satelital de la Tierra, pero "volteada" (según lo que desde nuestra cosmovisión cultural sería la "posición correcta"), y luego un mapa (Proyección de Mollweide) con el mundo "al revés", según lo que nosotros tradicionalmente entendemos por "orden correcto" y, finalmente, a la Rosa de los Vientos (representación de los puntos cardinales):

Imagen satelital de la Tierra, pero "volteada" (según lo que desde nuestra cosmovisión cultural sería la "posición correcta").

Mapa del mundo (Proyección de Mollweide) "al revés".
La Rosa de los Vientos.