Latinoamericanos : Latinos de América para nuestro propio beneficio.

¿Qué significa ser latino? ¿Quiénes son latinos en este presente? ¿Quiénes fueron los primeros latinos? Y por sobre todo...¿Qué significa la palabra "latino"?
En "La Milenaria luz de los Latinos" contamos brevemente la historia de los antiguos latinos y su influencia a lo largo de la historia. La historia trajo hasta el día de hoy la "Latinidad" desde un pasado muy remoto, olvidado o ignorado por millones de latinos de distintas regiones del mundo.
El término "latino" sigue muy vigente aún hoy, en el siglo XXI, y la milenaria cultura latina está presente día a día entre nosotros, en cualquier parte y de una manera que sobrepasa la imaginación de cualquiera de nosotros.
Como vimos anteriormente, el origen de los latinos se remonta a más de 3.000 años atrás. Pero lo que el término representa ha ido evolucionando y adquiriendo más significados a medida que la cultura latina se fue expandiendo por el mundo a través de las diferentes edades de la historia.
En un principio lo latino se circunscribía a los habitantes de una pequeña región del centro de la Italia antigua, pasando luego a proyectarse sobre muy diversos pueblos de Europa, África y Asia en la época en que la ciudad de los latinos, Roma, dominó el mundo antiguo (Imperio Romano).
Tras la caída del imperio, el legado latino en Europa perduró, aunque durante esta era, la Edad Media, fue el cristianismo, una religión monoteísta, lo que dominaba espiritual y políticamente a las personas y a los reinos, los estados medievales, pues la Iglesia, jerarquizada, organizada en una enorme, compleja y sofocante estructura encabezada por el Papa de Roma (Iglesia Católica), constituía el poder político más influyente del mundo occidental superando incluso al poder de los gobiernos de cada país.
Los reinos europeos y la Iglesia llegaron a América, el Nuevo Mundo, al finalizar la Edad Media, y a través de ellos llegó la cultura latina, que sobrevivía principalmente a través de las lenguas latinas derivadas del latín (el español, el portugués, el francés) y a través de la cultura de los países latinos que colonizaron América, países que recuperaron en esa época parte de la luz de la cultura latina y griega previa a la aparición del cristianismo, gracias al Renacimiento.
Pero también, dado que la iglesia latina, la Iglesia Católica, asoció lo latino con lo cristiano católico muy íntimamente desde que el cristianismo penetró en el Imperio Romano, es que lo latino también incluye al catolicismo : porque esta religión, la principal rama del cristianismo, a través de la Iglesia, fue lo que había reemplazado al poder de los emperadores romanos, transformando a la Roma imperial, en una nueva Roma que seguiría siendo "imperial", pero a través de la proyección sobre millones de personas, de la fe en el salvador crucificado : Jesucristo.
Pero una vez que la América latinizada se independiza de sus amos españoles y portugueses, los nuevos estados que surgen pasan a ser agrupados bajo el nombre de "América Latina" y lo latino se convierte en algo propio para los americanos y en una palabra que denomina a todos los habitantes de los países de habla hispana y portuguesa (por ser éstas dos de las lengus latinas).
De modo que la palabra "latino" hoy día nos representa y nos sentimos involucrados e identificados con ella, aquí, en América.
Las lenguas latinas ya no son sólo europeas, sino que ahora son también nuestras y unen a cientos de millones de personas en nuestro continente y el mundo, permitiendo comunicarnos a través de ellas de una forma que era totalmente imposible en la América anterior a la llegada de Cristobal Colón, en la cual se hablaban cientos y cientos de lenguas muy diferentes entre sí y no existía ninguna característica común que posibilitara la existencia de una idea de unidad "panamericana".
Luego de lograda la independencia de América, permaneció otro "legado" europeo: la Iglesia Católica, la cual sigue proyectando, aunque en contra de la voluntad de millones de latinoamericanos, el costado más oscuro de su influencia en el mundo: el dominio de las conciencias de las personas y la limitación de sus libertades a través de la presunta posesión de una verdad revelada por Diós y la presunta interpretación de la voluntad de ese diós bíblico. Es que aún hoy, la mitología contenida en los textos de la Biblia, sigue imponiéndose como algo verdadero en lo cual debemos creer sin atrevernos a cuestionarlo, y, peor aún, se nos sigue imponiendo la idea de que debemos obedecer a los líderes de esa empresa, de ese imperio que ha basado su poder en esas obsoletas fábulas bíblicas denominadas Antiguo y Nuevo Testamentos.
Entonces, dado que lo cristiano se ensambló con lo latino ya en tiempos de la Antigua Roma, hoy día lo latino también incluye a la Iglesia Católica, de la cual aún no acabamos de independizarnos.
Pero los diferentes elementos que caben dentro de esta palabra (latino/a), los elementos que conforman la Latinidad, no son sino los eslabones de una larga cadena que une a diferentes pueblos, de Europa y América, y traza un interminable camino que incluye a esos elementos y a esos pueblos y que parte de aquella región del centro de Italia, desde hace más de 1.000 años a.C. y pasa a través de siglos y siglos, a través de milenios y llega hasta nuestro presente proyectando la luz latina sobre nuestros rostros y nuestras vidas.
Y es que lo latino no debe resultarnos ajeno. Quizá una malintencionada visión de la historia y de la realidad actual de América Latina intenta destruir el legado latino, borrar de nuestras mentes la consciencia de pertenencia a esta cultura tan magnífica y tan antigua, debido a que ella y su luz, exaltan y enriquecen a quien las posee y es consciente de su valor.
El latino conocedor del milenario valor de su origen se erige fuerte y orgulloso y se vuelve imposible de ser humillado o dominado por otra cultura diferente.
Por eso,somos latinos para nuestro propio provecho, para ser mejores nosotros mismos y para ser más fuertes ante el resto de los pueblos y los poderes del competitivo mundo actual.
Sólo quien ignore el inconmensurable significado de lo latino y de lo beneficioso que es pertenecer a la Latinidad, puede renegar de ella o puede, perteneciendo a ella, considerarla ajena.
Americanos y latinos. Esa es la combinación que incluye a todos los habitantes de esta parte de América y esa es la identidad que nos reviste de una dorada y cálida luz solar que nos fortalece y nos hace eternos.